Cuando el corazón puede por fin expresar libremente el sentimiento contenido, una sensación de júbilo interior nos embarga y la emoción comienza a recorrer nuestro cuerpo hasta desbordarse en unas lágrimas preciosas llenas de vida y agradecimiento. Estas lagrimas no son de dolor sino de paz y calma interior.
Después de sentir esto es muy posible que tu visión y actitud ante tu vida comience a cambiar.
Es el pequeño milagro de dejar que la vida pueda entrar en ti.
Este fin de semana pasado viernes y sábado tuvimos sesión de biodanza.
Dos sesiones distintas, dos grupos distintos, dos planteamientos distintos. Un mismo mensaje “ser tú “ y un mismo resultado. La vida nos embarga y emociona. Es sentir la alegría y el placer de sentirme vivo.
Con todo mi afecto y amor por tod@s est@s personas valientes que se atreven a vivir. Es el “pequeño milagro” cotidiano de la biodanza.
Grupos regulares de biodanza en Palma