Año 2008. Circulo bellas artes en Madrid, conocí a Rolando Toro y allí sucede algo que provoca un punto de inflexión en mi vida. Cuando escucho a Rolando. conecto con todo lo que yo había querido decir y expresado en mi vida y por lo que fui denostado y tratado de utópico, romántico o simplemente de loco ilusionado. Cuando este hombre decía sin ningún tipo de complejo que el ser humano había nacido para amar y ser amado, que era una absoluta falsedad que tengamos que sufrir para vivir porque esto es lo contrario a lo que la naturaleza nos enseña. Sentí en este momento un llamado a investigar mucho más en este sistema que había desarrollado. Para mí significó un antes y un después y puedo decir que este anciano sabio me cambió la vida.
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