Este fin de semana hemos tenido sesiones de biodanza, en
grupo regular de profundización y también en grupos de inicio.

A veces lo que se manifiesta va mucho más allá porque
hablamos de verdadera reparación del daño sufrido. Esto es lo realmente
maravilloso en biodanza, cuando tocamos con esta posibilidad de sanar el daño
que internamente soportamos.
Lo mejor, esto sucede casi sin darnos cuenta, de pronto en
un ejercicio hay una palabra, un gesto, una mirada que nos cambia y una sonrisa
y una ternura indescriptible nos embarga y emociona.
“dándome cuenta de mi inmenso corazón como el dolor y
sufrimiento lo cierra y con esa energía y amor recibido ayer puede curarse y
sentirse querido”. Literal.
Gracias por manifestarlo con tanta claridad.
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