Ayer pudimos comenzar un nuevo grupo de biodanza en viernes.
Era un grupo no muy numeroso pero si ilusionado y apasionado por vivir.
Para mi como facilitador y didacta, biodanza no deja de sorprenderme. Ya lejanos en el tiempo los comienzos casi clandestinos en un garaje de Madrid sigo observando el poder benefactor de la biodanza. Rolando Toro su creador, decia algo así como que cada abrazo entre seres humanos era un fusil o una bomba que se desactiva. Hoy más que nunca el ser humano necesita de esas herramientas. Ya no es una cuestion de ser snob o diferente, tampoco alternativo. Hoy es una cuestión de supervivencia a nivel individual y a nivel de especie.
Si de verdad estas interesad@ en cambiar algo para tí y para los demás, sin duda este es uno de los caminos.
Ven y participa. No pierdes nada y lo pasarás bien.
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